Regnum Christi Internacional

Jueves 17 de diciembre de 2020 – No hay santo sin pasado ni pecador sin futuro

cada persona

H. Francisco Posada, L.C.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, ayúdame a recordar mi historia, que pueda darme cuenta de todo lo que has hecho en mi vida y en la vida de las personas que me rodean, mi familia, amigos, conocidos. Tú eres un Dios de personas que te interesas por todos y no quieres dejar a nadie fuera; te pido que tenga la certeza de que tu misericordia es eterna y va de generación en generación.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-17

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.

David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia.

Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

 

En la historia de Jesús encontramos este primer punto que es su genealogía, de dónde ha salido. Sabemos todos los milagros que ha hecho y que no es una persona desconocida, su mismo nombre ya es parte de muchas lenguas por no decir de todas. En este primer momento de la historia de Jesús, nos encontramos no tanto con eventos sino con personas, enfatizando que Dios es un Dios de personas. De todos los nombres que se mencionan cabe destacar el de cinco mujeres, Tamar, Rajab, Rut, Betsabé (la mujer de Urías) y María. Cada una con su historia y sus cualidades de las que resaltan principalmente su iniciativa delante de la voluntad de Dios y su obediencia a Él, pero todo esto no viene a un precio fácil. Cada una tuvo sus luchas y no hicieron todas las cosas bien, nos ayudan a recordar que todos somos pecadores, pero esto no nos quita la capacidad de arrepentimiento. Llega al culmen con María que sobrepasa a todas las mujeres y que es el modelo de toda mujer en la Sagrada Escritura.

El pasado de Jesús está lleno de personas que, de una u otra forma, transmitieron algo a sus generaciones venideras para que Cristo se hiciera presente. Cada uno aporta al pasado de Cristo pensando en el futuro que un día llegará y se encontrarán con aquél que sus corazones anhelaban. Así es como cada persona en el cuerpo místico de Cristo, su iglesia, aporta su granito de arena en la historia de la salvación, sin importar su pecado, porque la misericordia de Dios es eterna, y tiene la esperanza de ser instrumento de Dios para los demás.

 

«Dios nos ha predestinado, a todos, a conformarnos a la imagen del Hijo. Y en esta lista hay santos y también pecadores; pero la historia sigue adelante porque Dios quiso que los hombres fuesen libres. Con todo el día que el hombre usó mal su libertad, Dios lo expulsó del paraíso. La Biblia nos dice que le hizo una promesa y el hombre salió del paraíso con esperanza: pecador, pero con esperanzas. He aquí entonces que este relato un poco repetitivo tiene dentro esta riqueza: Dios camina con justos y pecadores. Y si el cristiano se reconoce pecador, sabe que Dios camina también con él, con todos, para llegar al encuentro definitivo del hombre con Él.»

(Homilía de S.S. Francisco, 8 de septiembre de 2020, en santa Marta).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hacer mi árbol genealógico y compartirlo con alguien contándole las historias de esas personas que, a pesar de las dificultades o tropiezos en sus vidas, hicieron el bien.

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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