Regnum Christi Internacional

Las consagradas del Regnum Christi de los territorios de Estados Unidos, Monterrey y México se reúnen en acción de gracias para concluir el año jubilar

Las consagradas del Regnum Christi de los territorios de Estado Unidos, Monterrey y México, se reunieron del 29 de diciembre al 3 de enero en Monterrey, con ocasión del 50 aniversario de las primeras consagradas y de la sociedad de vida apostólica.

El encuentro tuvo como objetivo recordar con agradecimiento el pasado, compartir y alegrarse por el presente y proyectar el futuro con esperanza. Todo esto enmarcado en un ambiente de convivencia fraterna.

El encuentro fue inaugurado por Gloria Rodríguez, directora general de las Consagradas del Regnum Christi quien, basándose en el lema del encuentro: “Infundiré mi espíritu y viviréis” (Ez), invitó a hacer una lectura de estos 50 años descubriendo la presencia de Dios y testimoniar con más claridad quién es el autor de esta historia salvífica; recordar a quienes ya no están pero que han sufrido por y con las consagradas, buscar reparar y pedir gracias hacia ellas; escuchar la Palabra y confiar en la promesa de Dios: “voy a infundir en vosotros un espíritu que os hará vivir”. «Con su gracia, este cuerpo, la Sociedad de Vida Apostólica, va a ser revitalizada por la vida del espíritu. Y nos hará vivir como un solo cuerpo, según la lógica del Reino», expresó Gloria.

El arzobispo de la arquidiócesis de Monterrey y presidente de la CEM, Mons. Rogelio Cabrera López, ofreció una conferencia magistral en la que invitó a las consagradas presentes a tener una mirada histórica de los 50 años, agradeciendo el pasado que ha sido purificado por el crisol, entrando en la realidad de hoy llenas de entusiasmo y alegría y mirando el futuro, dejándose guiar por las sorpresas de Dios.

En el segundo día se tuvieron dos paneles en el que participaron consagradas de diversos territorios, de distintas edades y nacionalidades y que han realizado su misión de evangelización en distintos campos. El primer panel fue dedicado a la historia de la vida consagrada desde sus orígenes, su evolución y la novedad del presente. El segundo panel fue dedicado a la misión para profundizar en el modo en que las Consagrada del Regnum Christi realizan su servicio de evangelización en la Iglesia.

Por la tarde de ese mismo día se tuvieron varios talleres de temas de evangelización. El objetivo de los talleres fue compartir las mejores prácticas, intercambiar experiencias e inquietudes y crear redes de colaboración y comunidades de aprendizaje entre las consagradas. Los temas fueron: la cultura vocacional, pastoral matrimonial y de recién casados, pastoral educativa, pastoral de adultos y divorciados, acompañamiento a adolescentes, ideología de género, mi don es tu don y enseñar a orar.

El tercer día se tuvo por la mañana un tiempo de oración. Fue un momento para reconocer el paso de Dios en la historia de cada consagrada y de la sociedad de vida apostólica y agradecer, adorar, reparar e interceder. El día concluyó con un “rosario internacional” donde se rezó cada misterio en un idioma distinto seguido de algún canto en ese idioma, entonado por consagradas de origen o que habían trabajado en ese país.

El cuarto y quinto día del encuentro fue tiempo de recreación y convivencia en donde las consagradas pudieron intercambiar, con personas de distintos territorios, vivencias y experiencias y convivir en un ambiente de fraternidad.

El último día se tuvo una misa en la Basílica de Guadalupe de Monterrey. Asistieron Legionarios de Cristo, Consagrados del Regnum Christi, miembros laicos del Regnum Christi, familiares y amigos. Fue precedida por el P. Eduardo Robles-Gil, L.C., superior general de los Legionarios de Cristo. En su homilía reflexionó sobre la vida consagrada y animó a vivir una consagración pasiva, entendida como don de Dios y una consagración activa, es decir, la entrega personal al Señor. Después de la misa se tuvo un convivio con los asistentes. Se terminó el día con un evento de agradecimiento para las primeras consagradas y un reconocimiento a cada una de las consagradas que han entregado su vida en estos 50 años de historia. Finalmente se tuvo la cena de gala amenizada con un grupo de baile del folclor mexicano y mariachi.

Así transcurrieron los días de encuentro, acción de gracias, reconciliación y alabanza a Dios por los 50 años de historia de las Consagradas del Regnum Christi.

A continuación algunas consagradas compartieron su experiencia del encuentro interterritorial:

«Lo que me llevo de este encuentro es la alegría de volver a vibrar por la misión para Cristo y que nuestra fidelidad es nuestra felicidad en la vida consagrada», expresó Valerie McGovern, quien tiene 40 años de vida consagrada, es irlandesa y desarrolla su misión en el territorio de México.

«El volver a recordar la pasión que nos une, renovar la belleza de nuestra vocación, del carisma al que hemos sido llamadas y sobre todo el agradecerle mucho a Dios la perseverancia, la fidelidad, la gracia que nos ha sostenido, porque han sido años difíciles, y la gratitud que siento con muchas de ellas que han sido parte de mi historia, que hemos podido volver a platicar, conectar, estar juntas, reírnos, acordarnos, y eso, el recordar es volver a vivir, es como volver a traer al corazón y hacer vivo lo que te hace ser lo que eres, y recordar eso precisamente. Que lo que has vivido todos estos años te hacen ser lo que eres», dijo Angela Restrepo, quien tiene 17 años de vida consagrada, es colombiana y desempeña su misión apostólica en el territorio de México.

«Lo que me llevo de este encuentro es gratitud, asombro y una gran alegría y gozo por ver tantas hermanas, tantas consagradas reunidas en un solo lugar tratando de dar gloria a Dios. Creo que lo más bonito para mí han sido los momentos de oración y de adoración ante el Santísimo, al ver a cada uno pretendiendo hacer lo que hacemos todos los días de nuestra vida, nuestra entrega diaria en el apostolado. Deseando que todo lo que hagamos sea para gloria de Dios. Creo que para mí eso ha sido este encuentro, un momento de renovación y de profunda gratitud hacia Dios por cada una de las que estamos aquí, por ese don que es el llamado y la vocación», expresó Mariana Estévez, es mexicana y ejerce su misión en el territorio de Monterrey.

«Esta semana ha sido un momento de mucha paz y mucha esperanza para mí, viviendo en la realidad, viendo la necesidad de un espíritu de reparación, pero también de mucha esperanza y fidelidad para seguir en el presente y hacia el futuro. Me da muchísimo orgullo ver tantas hermanas consagradas siendo fieles y dedicando su vida a Cristo y a las almas», expresó Jennifer Ristine, quien tiene 22 años de vida consagrada y se encuentra en el territorio de Norteamérica.

 

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