Por que no dejar todo y amar mas a Cristo. «No tener miedo ha abrirle las puertas a Dios» JPII
En el pasaje de Emaus, me sorprende el hecho de que Jesús les sale al encuentro a los discípulos, y poco a poco comienza a transformar sus corazones, su vista, sus comentarios. Es así con nosotros, el nos ha salido al encuentro y solo el dejarnos transformar por estar frente a su presencia es una llamada a responder el amor que nos tiene.
Es un regalo inmerecido la llamada al sacerdocio. Doy gracias a Dios por haberme llamado y tenido la paciencia para esperarme.
Nací en una familia católica, fui prematuro y con el tiempo supe que mi mamá me había consagrado a la Virgen María, ya que mi salud no era la mas estable.
Sólo Dios sabe cuanto he aprendido de mis padres. Siempre han buscado que esté cerca de Dios con su ejemplo de fe y amor a la voluntad de Dios en todo momento.
Desde pequeño fui creciendo con esta visión en la cual Dios provee y siempre está ahí para acompañarnos en nuestro camino. Una de las cosas que me impacto desde niño era que escuchaba en casa que en esta vida solo estamos de paso. Por lo que una de las preguntas que mas me surgía era qué pasa después de la muerte. Ya que cuando nació mi madre mi abuela al dar a luz falleció, lo cual ha sido algo que me ha marcado mucho. Sobre todo la presencia de la Virgen Maria en la vida de mi madre. Yo sentía que no nos podemos quedar solo en este peregrinaje, y que a la vez el amor de Dios se tenia que manifestar de una manera palpable en nuestras vidas.
Tengo cuatro hermanos, de mis hermanos solo conocí al Mayor de quien he aprendido mucho y admiro tanto. Mis otros dos hermanos partieron a la casa de Padre antes de que yo naciera. Y creo que esto ha influyo a buscar una respuesta para describir cual era mi misión aquí en la tierra, ya que crecí pensando que mis hermanos habían cumplido su misión en la tierra.
Desde pequeño me gustaban los deportes, por lo que jugaba mucho fútbol, hasta la edad de once años que me dedique a jugar tenis. Siempre fui apoyado por mis padres para ser constante en el deporte y en los estudios. Tuve la gracia de participar en la selección de tenis del Estado. Desde los once años a los dieciocho años participaba los fines de semana en los torneos y entrenaba durante la semana. Aún recuerdo que antes de cada partido me encomendaba a Dios para poder disfrutar el partido y eso me ayudo a ir incrementando mi relación con él, ya que sentía que me escuchaba y me acompañaba mientras yo no estaba en mi ciudad jugando. A esa edad las preocupaciones que tenia eran mínimas pero una de ellas era que Dios cuidara de mis seres queridos y de las personas mas necesitadas.
En mi casa aprendí que siempre hay que estar dispuesto ha ayudar a las personas, ya que desde pequeño veía que en mi casa impartían catecismo para las personas necesitadas y siempre eran bienvenidas para ser escuchadas. Eso me movió mucho a buscar imitar la formación recibida en casa.
Recuerdo que fui invitado a una jornada de la juventud en París, y fue el momento que pude descubrir un ambiente del ECyD fuera de mi ciudad, y darme cuenta que al rededor del mundo existían jóvenes que amaban a Cristo y que había sacerdotes que daban todo lo que tenían por llevar a Cristo a los demás.
La experiencia con Juan Pablo II, fue impactante y sus palabras <<No tener miedo ha abrirle las puertas a Dios>> comenzaron a ser un eco en mi. Sucesivamente con el ECyD y el RC, pude ir en otras ocasiones a ver al Papa Juan Pablo II en México y Roma, esto fue fortaleciendo mi deseo por descubrir lo que Dios quería de mi.
Ya en tercero de secundaria me invitaron al Centro Estudiantil en la Ciudad de México, y lo primero que me impacto fue la caridad que se vivía entre los miembros. Y a su vez veía que eran jóvenes normales y que además su mejor amigo era Cristo. Esto fue lo que me impacto y me ayudo a querer entrar al CE.
En un momento mi padre se enfermo y tome la decisión de estar mejor en casa con mi familia a estar fuera de mi ciudad. Esto proff voco que la preparatoria la terminara en el Cumbres de Aguascalientes y así mismo llevara una vida normal con mis amigos olvidando poco a poco la llamada al sacerdocio.
Termine la preparatoria y al comenzar la carrera de Negocios Internacionales y Administración de Empresas en la Universidad, me dedique a participar en los apostolados de Gente Nueva y Soñar Despierto, esto fue una gran oportunidad para poder vivir el carisma del Movimiento RC con mis amigos. Aún recuerdo los congresos de Gente nueva y como veíamos que la amistad con Cristo y lo que nos gustaba hacer podían ir de la mano. Así mismo me puse a trabajar y a su vez a organizar conciertos de música con mis amigos, por el simple hecho de querer conocer artistas y ocuparme en algo. A mediados de la carrera comencé a trabajar en Sony Company, en el área de Mercadotecnia y ahí fui descubriendo que no podía continuar mi vida de joven universitario sin quitarme la duda del sacerdocio. Por lo que en la Universidad comencé a ir a Misa entre semana y a pedirle a Dios Nuestro Señor <<que me pidiera lo que quisiera, pero que me diera las fuerza para cumplir su voluntad>>. Se comenzaron abrir oportunidades para estudiar la maestría en España y a su vez un viaje a Tierra Santa. Por lo que comencé a ver que era el momento de tomar una decisión si dejaba a Dios que tomara las riendas de mi vida o si mi gusto personal iba a tomar las decisiones. Al final Dios comenzó a poner los medios y recuerdo perfectamente que le llame a mi mamá para decirle que tenia que tomar la decisión en ese momento por que tenia que confirmar en cualquiera de los dos viajes si contaban conmigo o no. Ese mismo día hubo una persona muy caritativa que me invitaba a ir al Viaje a Tierra Santa y a aclarar mi duda vocacional. Ella se encargaría de los gastos. Ese momento para mi ha sido un de muchos en los cuales veo que las oraciones de los papas son oro pulido para Dios Nuestro Señor. e
Así que existía dentro de mí la duda de si Dios me quería como sacerdote y no sólo como un empresario más. Me di la oportunidad de vivir el candidatado y aclarar mi vocación; Salí después de esos meses con el deseo de ser Legionario de Cristo.